miércoles, 4 de junio de 2014

José María Velasco, algunas obras

Un paseo por los alrededores de México

Vista del Valle de México
Puente rústico sobre el río

Rocas de peña encantada
La Caza

Los volcanes desde Chalco
Candelabro de Oaxaca

Cascada desde Rincón Grande

El Citlaltépetl
El puente de Metlac


El patio de San Agustín

Fábrica La Hormiga


José María Velasco



José María Velasco nació el 6 de julio de 1840 en Temascalcingo, Estado de México. A los 18 años de edad ingresó a la Academia de San Carlos donde estudió con Eugenio Landesio —discípulo del paisajista húngaro Károly Markó (1791-1860)—, quien descubrió las cualidades de su alumno como dibujante y colorista, por su interés por los temas románticos y por su facilidad para la pintar paisajes.
Sus primeras obras fueron sobre arquitectura y paisajes con rocas. Años más tarde plasmó la belleza del Valle de México, sus grandes vistas, sus volcanes, su fauna y flora, y en esas obras enfocó gran parte de su labor creativa.
Fruto de sus estudios de botánica fue el libro que escribió e ilustró La flora en el Valle de México. Trabajó como dibujante en el Museo Nacional, y en 1882 aprendió fotografía y litografía. Entre los movimientos internacionales que ejercieron influencia sobre su obra se encuentra el impresionismo francés.
Las creaciones más conocidas del maestro Velasco son Valle de México (1877) –de la que José Martí escribió “detengámonos y admiremos este notabilísimo paisaje (…) El Valle de México es la belleza grandiosa; imponente como ella es el hermoso paisaje de Velasco—, México (1877) y obras como Templo de San Bernardo o Un paseo por los alrededores de México.
Piezas que, como todo lo realizado por él, son de gran majestuosidad y donde la luz, el color, la naturaleza y la obra del hombre tienen un perfecto equilibrio.
José María Velasco fue invitado en 1889 como delegado oficial del gobierno mexicano a la Exposición Internacional de París, donde se le honró con la condecoración de Caballero de la Legión de Honor. En 1893 exhibió en la Feria Mundial de Chicago, donde también fue premiado.  En la Historia del Arte de México del siglo XIX, José María Velasco ocupa un lugar sobresaliente. Ningún otro artista de la época produjo una obra semejante en cuanto a trascendencia, originalidad y número.
Durante sus últimos 20 años de vida, Velasco recreó al menos en nueve ocasiones el tema del Valle de México, todas grandes piezas en las que se aprecian desde varios puntos de vista la planicie de la ciudad.
 Se ha escrito que sus paisajes “encierran una compleja construcción, una ingeniería de perspectivas áreas, líneas, proporciones, volúmenes y colores que resulta difícil de concebir o encontrar antes de Velasco, por más que haya habido diversos y nobles antecedentes como los artistas Rugendas, Nebel o los pintores del siglo XIX”.
 Xavier Villaurrutia, Octavio Paz, José Martí, Carlos Pellicer, Raquel Tibol y Olivier Debroise, entre otros, han escrito sobre la obra de este gran maestro mexicano de la pintura universal.

 Se ha dicho que el México de Velasco  es, además, un país visto por un arquitecto y urbanista, un pintor y un dibujante con ribetes de agrimensor, botánico, naturalista y geólogo.

Fuente: CONACULTA

jueves, 29 de mayo de 2014

David Alfaro Siqueiros, algunas obras.

La nueva democracia

Los elementos

Retrato del México actual
Nacimiento del fascismo

Madre campesina

Madre proletaria
Autorretrato

Etnografía

Retrato de la burguesía



David Alfaro Siqueiros


Fue uno de los tres grandes del muralismo mexicano junto con José Clemente Orozco y Diego Rivera, y también el más activo, en cuanto a la política se refiere.
Formó parte del Partido Comunista Mexicano, fue encarcelado unas siete veces y otras exiliado a causa de su ideología Marxista-Stalinista. Participó en las revoluciones contra Huerta y peleó del lado republicano en la Guerra Civil Española. En 1962, fue encarcelado por el gobierno mexicano durante ocho años por organizar disturbios estudiantiles de extrema izquierda dos años antes; el artista fue indultado en 1964. En 1925 realiza los murales en la Universidad de Guadalajara y en 1930 es encarcelado en Taxco por sus actividades en las manifestaciones del primero de mayo.
Su activismo político se representó en los frescos que pintó con temas de dinámica revolucionaria. Sus pinturas representan una síntesis muy particular de los estilos futurista, expresionista y abstracto. Por participar, en México, en un atentado contra el escritor Trotsky, Siqueiros fue expulsado y se exilió en Chile, gracias a una gestión del cónsul Pablo Neruda.

Falleció en Cuernavaca el 6 de enero de 1974, y fue sepultado en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

martes, 27 de mayo de 2014

Lola Álvarez Bravo, algunas fotografías

Tríptico del martirio
La espina

Pespunteando en la brisa

Diego Rivera
El sueño de los pobres

Frida, anillos en la mano
A ver quién me oye

El duelo

El ensueño



Dolores Martínez de Anda (Lola Álvarez Bravo)



Dolores Martínez de Anda, conocida como Lola Álvarez Bravo importante fotógrafa para la Historia de la Fotografía de este país.
Lola se volvió una de las mujeres más importantes de la escena cultural mexicana. Fue una de las primeras artistas mujeres que abrieron camino a las generaciones más jóvenes.
Bravo, es conocida por sus retratos de escenas en las calles de la ciudad y por los retratos de estudio de artistas, poetas y filósofos de su época.
Su fotografía explora constantemente la composición de nuevas imágenes. Sus collages, aunque no fueron muchos, la distinguieron en la escena surrealista. Tuvo varias incursiones en la fotografía experimental que rara vez se muestran y son muy interesantes, tanto en proceso como en resultados.
En varias ocasiones dijo que su fotografía se volvió importante porque retrató una época que pasó muy rápido, que ya terminó. Tal vez, sentimos fascinación por lo que vemos que fue y no alcanzamos a reconocer en lo que vivimos todos los días.
El trabajo de esta artista no sólo documenta la escena cotidiana de su época y sus protagonistas; Lola es impecable al momento de plasmar el valor social de cada persona y cada elemento que aparece en sus fotografías.
Lola Álvarez Bravo se divorció de Manuel Álvarez Bravo en 1935 y a partir de entonces trabajó para la Secretaría de Educación Pública, El Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, y varios periódicos nacionales, luchando contra los colegas reporteros hombres, que se burlaban de ver a una mujer trabajando en las calles. También impartió clases en la Academia de San Carlos en la Ciudad de México.

Texto cortesía Fundación CIAC

Frida Kahlo, creadora de una pintura personal y metafórica

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón (Ciudad de México, 6 de julio, 1907- 13 de julio, 1954) hizo de su vida una obra de arte. En sus pinturas expresó sus fantasías y sentimientos por medio de un vocabulario propio, representó la relación con su esposo el pintor Diego Rivera, cómo sentía su cuerpo, sus enfermedades consecuencia de un trágico accidente, la incapacidad de tener hijos, su filosofía de la naturaleza y del mundo.

Para Javier Sánchez, investigador del Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, la destacada pintora mexicana de la primera mitad del siglo XX, aunque no tenía una propuesta formal, incluyó en su obra una cuestión autobiográfica que en su opinión resultó muy novedosa de los años setenta para nuestros días.

“Frida Kahlo fue una de las primeras pintoras que recurren a su  biografía para trasladarla a un soporte como es la pintura y ahí radica su importancia. Anteriormente no se consideraba tan relevante en la vida de un artista sus momentos. Frida trasladó a la pintura toda su experiencia personal, ahí radica la novedad e importancia de su obra, sobre todo en sus autorretratos”.

El doctor en historia del arte, Eugenio Garbuno Aviña, dijo que en la obra de Frida Kahlo es evidente una catarsis de angustias personales, lo que no va en detrimento de su obra de calidad. “Frida recrea mucho lo que es el imaginario de la cultura, después en el país. Representa desde modos diversos su realidad relacionada con su propio contexto histórico social, porque sus obras son representaciones en las que está en diversos niveles”.

Agregó que la pintora mexicana nacida en Coyoacán tenía ideas, convicciones, y quería decir su verdad. “Hay varias personas que respaldan la gran importancia de su obra misma que tiene un alcance universal, netamente representativa de la historia del arte, que se debe a su obra de gran calidad plástica y pictórica”.

En opinión de Dina Comisarenco Mirkin, profesora investigadora en la Universidad Iberoamericana, las obras de Frida Kahlo a pesar de su evidente sencillez formal, y de lo directo de sus temas, incluso cuando aparentemente se trata tan sólo de un autorretrato o de una naturaleza muerta, tienen una profundidad filosófica extraordinaria, por lo que permiten una multiplicidad de lecturas que parecen inagotables.

“Independientemente de su biografía, la obra de Frida Kahlo es extraordinariamente poderosa y es hora de que comencemos a separarla de su vida. Sus temas ciertamente parten de lo personal, pero esto sucede con todos los artistas. En el caso particular de Frida, más allá  del morbo y del voyeurismo que caracterizan a nuestra sociedad, el interés por lo biográfico alcanzó dimensiones descomunales”.

La doctora en historia del arte por la Universidad de Rutgers, New Jersey, Estados Unidos, explicó en entrevista que las obras de Frida Kahlo encuentran tanto eco en el público actual porque su obra es mucho más que la expresión del sufrimiento físico que experimentó y representó con lo que la artista logró expresar sentimientos de carácter absolutamente universal, a través de su particular iconografía personal.

“Quizá Frida Kahlo, a raíz de su dolor, se sensibilizó más que otros artistas para capturar el sufrimiento propio de la vida humana en general, y de la sociedad mexicana en particular, pero es justamente en ese sentido simbólico mucho más amplio de su iconografía, el que le permite ir de lo personal a lo político, o de lo subjetivo a lo social; en donde reside la grandeza de su obra”.

La también editora de Nierika. Revista de Estudios de Arte, destacó que la obra de la tercera hija de Guillermo Kahlo, fotógrafo de ascendencia judeo-húngara, nacido en Alemania y la mexicana Matilde Calderón, sigue vigente porque mucha gente se identifica con sus imágenes, especialmente las mujeres y los grupos socialmente marginados de una u otra forma.

“Frida Kahlo se animó a representar, a sacar a la luz, a visibilizar temas y sentimientos que generalmente son tabú en nuestra sociedad: el parto, la pérdida de un bebé, la homosexualidad. Su obra desenmascara muchas de las convenciones sociales que pesan sobre la vida de mucha gente y ayudan así a que tomemos conciencia sobre las construcciones sociales que nos presionan y de las que somos objeto, sacándonos así de la perjudicial creencia de que somos los únicos, y los anormales”.

Dina Comisarenco Mirkin resaltó que Frida Kahlo compartió, junto con los pintores de su generación, la preocupación por la búsqueda de la identidad nacional, abordándola de forma original, no limitándose a la recuperación del pasado prehispánico, ni a la representación de tradiciones y  trajes típicos.

“Utilizó a la gran mayoría de sus obras –refirió– incluidos sus autorretratos, como una plataforma desde donde indagar en las características que ella intuía eran las propias del pueblo mexicano a través de la historia, especialmente de la reciente de la etapa posrevolucionaria, representando a la soledad, a la dualidad, y al dolor, entremezclados con una desbordante alegría de vivir”.

Fuente: Conaculta